«La persona se sienta y abre el notebook. Luego el PowerPoint. Comienza a crear hermosos slides…»
Si este es el comienzo de un relato sobre una presentación en público, lo más probable es que la presentación termine en fracaso o, en el mejor de los casos, en aburrimiento. Cuando lo primero que hacemos es PPT, trabajamos para el software y los usamos de ayudamemoria. Es decir, no nos damos tiempo de imaginar, de crear, de encontrar la mejor manera de hacer llegar nuestro mensaje de manera memorable. Sin embargo, Cuando planeamos de antemano y luego diseñamos, en ese caso, el software trabaja para nosotros con un aporte justo y necesario. Cuando planeamos y luego ejecutamos apoyos visuales es cuando realmente vemos la historia de nuestra presentación.
¿Y qué tienen que ver los Post-it? Varias cosas a la hora de armar un guión, pero hoy nos enfocamos en algo muy práctico.
Si dibujamos el concepto de un slide en un Post-it y luego vemos que no es necesario en la presentación, es fácil deshacernos de él. Sin embargo, si pasamos una hora diseñando un slide, bien puede que no queramos deshacernos de un trabajo de tanto tiempo y termine siendo parte de la presentación, aunque sea para hacerla más lenta, más predecible, más aburrida. En definitiva, es más fácil desechar un papelito que un slide.
Por eso, los conceptos van primero en papel y luego al medio que preferimos de momento. De esta formas mostraras lo necesario para una presentación que cautive. No te olvides, la presentación nunca es el PPT, la presentación eres tú. Y si quieres dominar las técnicas en lenguaje corporal y storytelling, no olvides que este 17 de diciembre tenemos el último taller del año. Toda la información está aquí.
Consejo simple que separa profesionales de amateurs.
¡Sigamos hablando!