Los primeros treinta segundos de cualquier tipo de oratoria son fundamentales. Es el tiempo del que dispones para que tu auditorio decida prestarte atención o enfocarse en sus grupos de Whatsapp. De ellos depende tu éxito. La mayor parte de los oradores cometen el error de no atraer la atención de su público de manera correcta. Esto ocurre tanto en seminarios multitudinarios como en reuniones regulares dentro de cualquier empresa del mundo. Si lo que estás buscando son formas de que la gente te preste atención desde el primer momento, entonces estos tres consejos te vendrán muy bien.
Comienza con una cifra que llame la atención
No se trata de cualquier cifra, no se trata de un dato cualquiera. Está claro que los amateurs usarán cualquier dato interesante que puedan obtener de Google, pero los profesionales se tomarán el trabajo de encontrar un dato poco conocido dentro del área en el cual se mueve su público. Por ejemplo, si estás dentro del mundo de las ventas, puedes iniciar diciendo que en siete segundos, los seremos humanos decidimos si una persona nos cae bien o mal a pesar de que no haya dicho una sola palabra.
Una historia
Nunca me cansaré de subrayar la importancia de una historia BIEN CONTADA. Contar una historia es un recurso clásico para atraer la atención de cualquier persona. La clave está en saber contarla. Dominar la técnica, la estructura y saber decidir qué contenidos la enriquecen y qué contenidos nos estorban. Si quieres dominar el arte y la ciencia del storytelling, en esta WEB está la clave.
Una pregunta
En muchos casos realizar una pregunta es una excelente forma, pero, y aquí vamos de nuevo, no se trata de hacer una pregunta cualquiera ante cualquier auditorio. Si la pregunta es mínimamente íntima y tu auditorio no confía en ti, puedes olvidarte de obtener respuestas. Nadie será capaz de confiar ante ti o ante otros cuándo fue la última vez que se sintieron miserables en la oficina si no creen que la confesión vale la pena y que no traerá consecuencia.
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