El Power Point (o Keynote para los usuarios de Apple) ha arruinado más presentaciones de las que ha salvado. No es nada contra los programas en sí mismos, sino con la utilización que hacen de ellos la mayor parte de las personas. Concretamente, te propongo que tengas en cuenta tres oportunidades en las cuales no debes utilizar un slide.
No se lee correctamente
En muchas ocasiones los gráficos se ven perfectamente en nuestra computadora. Sin embargo, a la hora de proyectarlos estos pierden definición o aparecen muy pequeños. Es mentira que algo es mejor que nada, si este algo perjudica tu presentación. Retira ese slide y modifícalo o dale a tu audiencia un documento en el cual puedan ojear esos datos con tranquilidad.
Los textos son demasiado largos
Un slide no es un trencito (“machete” en Argentina) del cual leer lo que uno no se quiso aprender. Si un slide tiene más de diez palabras, quizás deberías revisarlo. No hay nada peor que leer un slide a personas que ya saben leer.
Las imágenes no tienen nada que ver con el contenido de tu charla
En muchas ocasiones, nos vemos tentados a adornar nuestros slides con alguna imagen que consideramos simpática. Si hay algo que sobra al día de hoy en internet son imágenes así que la tentación puede ser grande. El asunto es que un slide no debe de distraer la atención que las personas ponen sobre tu charla. Cuando llenas el lugar de imágenes que no suman, estás restando.
Siguiendo estos tres consejos comenzarás a cambiar la forma en la cual comunicas y, si cambia la comunicación, cambia todo.