Prepararte para una charla TED (vayas a darla o no)

Una charla TED no es una presentación cualquiera, tiene ciertas reglas que debes seguir. Entre ellas, quizás la más conocida, es que ninguna excede los 18 minutos. Si lo piensas es un excelente número. Es suficiente para que puedas probar tu punto, pero no tanto como para que puedas aburrir a la gente. Lo mismo deberías tener en cuenta a la hora de dar cualquier presentación. Al fin de cuentas, nadie se ha quejado de una presentación demasiado corta. Aquí van cuatro consejos que podrás utilizar para tu próxima exposición pública, sea un TED o no.

-Grábate y pide feedback

Grabarte te permitirá, por ejemplo, saber si tienes una muletilla molesta. Muchos de mis clientes no se dan cuenta de que tienen una muletilla hasta que se ven y cuentan por si mismos cada vez que usaron una. También podrás ver si te mueves como un loco/a o simplemente no te mueves en absoluto; los dos extremos pueden arruinar tu presentación. La parte del feedback es un poco más complicada. Consulta con alguien que realmente sepa sobre comunicación y que esté dispuesto a decirte la verdad y no a mentir para verte sonreír.

-No comiences  siempre desde el principio

Muchas personas no ensayan sus presentaciones bajo pretextos como “me sale mejor cuando improviso” (falso). Otros ensayan una y otra vez desde el comienzo de su presentación y, cuando se equivocan, vuelven a arrancar de cero. Luego de una hora, ya están con las energías bajas. Nunca llegan a ensayar el medio de su presentación y mucho menos el final. Por eso, lo mejor es tomarse una hora para la apertura, descansar, tomarse una hora para la parte media y, finalmente, ensayar el cierre de tu presentación. De esa manera te aseguras estar al 100% en cada ocasión.

-Utiliza un cronómetro

Al principio de tu ensayo, no mires cuánto tiempo te estas tomando. Se trata solamente de tener una referencia. Luego de que tengas claro en qué lugar de la línea de tiempo estás parado, es tiempo de comenzar a recortar sin piedad. La regla es: solo se queda aquellas cosas que contribuyan al objetivo central de tu presentación. En muchas oportunidades, quieres agregar material porque crees que es valioso o interesante, incluso porque te hace parecer más competente. Sin embargo, como dijo Voltaire, “no hay nada más aburro que decirlo todo”. Lo que hace a tu objetivo se queda y lo demás se marcha.

Y ahora es tiempo de utilizar tu cronómetro en cuenta regresiva. Puedes elegir, por ejemplo, tres marcas de tiempo. Tu reto será cumplir alinear el lugar de tu presentación en el tiempo estimado. Por ejemplo: si el reloj comienza a los 18 minutos en cuenta regresiva, es muy posible que a los dos minutos ya debas haber finalizado toda tu introducción. Si lo hiciste bien para ese momento, tu audiencia debe estar pensado “dime más”.

-Hazte la pregunta del millón

Con el correr de los días, las personas van a olvidar, como mínimo, el 80% de lo que has dicho. Sí, como mínimo. Entonces antes de una charla TED o de cualquier presentación, hay una pregunta que debes hacerte. Si estas personas fueran a olvidarse de todo lo que digo, excepto por una cosa, qué quiero que recuerden. Si tienes una respuesta de diez palabras o menos, ya estás ganando.

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