Muchas personas deben dar la misma charla una y otra vez. Algunas llegan a vivir de ser “public speakers”. Otras deben dar presentaciones similares una vez por mes, por semestre o por año. Sin vueltas, aquí van tres errores que no puedes cometer si deseas alcanzar el siguiente nivel.
Ensayar siempre desde el principio
Es el más común de todos. Ensayar desde el principio significa que, yendo para atrás y para adelante varias veces, cuando llegues a ensayar el medio o el final de tu presentación, estarás cansada y con poca capacidad de autocrítica. Solución: ensaya las partes por separado de forma tal que puedas estar fresca para cada una de ellas.
No dominar el juego dentro del juego
La apertura, las pausas, la forma de contestar preguntas. Todas son partes de un todo. Todas son un juego en sí mismo. Concéntrate en cada una de ellas de manera tal que las partes sumadas den lugar a un todo redondo. Por ejemplo: dedica una hora a preparar el cierre de tu charla, descansa y luego dedícate solo a la apertura.
Ser demasiado pesimista
Créeme esto: nadie se da cuenta de lo nerviosa que estás. Crees que te tiembla la voz, las piernas se mueven sin control aparente, sientes que tu transpiración se nota. Pues no. La gente no nos ve ni la mitad de nerviosos que estamos. Confía en tus fuerzas y ten en cuenta que no estás siendo evaluada personalmente sino a través de tu trabajo. Quienes tienen un acercamiento pesimista a las presentaciones, siempre creen que les fue mal. Quienes tienen un acercamiento optimista, siempre encaran sus presentaciones con un buen presentimiento por dentro. ¿De qué lado quieres estar?
En el 2018, ¡seguiremos hablando!

